Pepe y yo llegamos a Bali un día antes que el resto de la expedición. Paloma, Jandro, Juli, Lucia, Laura y Alba venían desde Sydney. Víctor venia desde Bangkok como nosotros, pero otra vez había dejado salir al Magallanes que lleva dentro y había pensado que era mejor un vuelo de 12 horas con escala en Singapur en vez de un vuelo directo de 4 horas por la mitad de precio.
Lo primero que hicimos es tratar de llegar a un hostel o algo cerquita del aeropuerto para esperar al resto. Intentamos llegar a pie pero tras 10 minutos a pleno sol, casi deshidratados, decidimos pillar un taxi/coche pirata. Un pavo un tanto extraño se ofreció a llevarnos baratito así que aceptamos. Nos comento que tenia el coche a la vuelta de la esquina lo cual nos pareció un poco raro. Al girar la esquina ya entendimos todo. El coche debía tener 30/40 años, las ventanillas no bajaban y el mecanismo para abrir la puerta era un tanto extraño, había que darle una ostia y se abría. Siempre que recuerdo el coche tengo en mi mente una imagen de los Simpson en el que Bart y Nelson disparan un rifle contra un coche abandonado. Creo que ese coche es una imagen fiel del “coche” en el que fuimos al hostel.
El día y medio de espera nos dedicamos a surfear, en especial yo. El hotel estaba alado de la playa así que me di un paseíllo a ver que se cocía. Se veían unas olas pero a un km y medio o así de la costa. Así que pregunte a un lugareño. Resulta que hay que pillar un barco y te lleva para allá. Así que nada, alquile una tabla y me llevaron a donde cubre. Según iba llegando me di cuenta de que allí no había ni dios. Así que nada, el tío paro la barca y me dijo, ala salta. Salte por la borda y nade hacia el pico. Tenia buena pinta. La verdad que es algo super especial. Estar en medio de la nada, solo, esperando que llegue una serie. Y la serie llego. Que locura! Nunca había corrido tanto en una ola. Que energía! Buff….La ola era la caña, pero la tabla también. Me había enamorado! La tabla era otro rollo! Bastante corta, pero con volumen. Ir sobre esa tabla era como volar. Que sensación de libertad! No tenia dudas, me había enamorado y esa tabla tenia que ser mía! Es como cuando estas con una chica y estas agusto, pero no te vuelve loco, y de repente pruebas una que te vuelve loco, que te revoluciona. Pues eso siento con mi tabla. La he bautizado, se llama Bali. Me da pena mi pobre Viana, la tengo cariño, fue y siempre será la primera, pero ya no me motiva surfearla.
Finalmente llego el resto de la expedición. Se les ve ilusionados! Pepe, Víctor y yo también estamos con ganas, pero se nota que ya llevamos 2 semanas de aventuras y estamos más trillados! Pero vamos, yo no paro de pensar en surfear, lo del barco me ha marcado. Las 3 sesiones que me he metido han sido una locura.
A la mañana siguiente, tras 3 horas para planificar los transportes pusimos rumbo al norte. El problema es que íbamos a ser 8, o lo que es lo mismo, 4 motos. Pero hemos tenido un invitado de ultima hora, Alba, más conocida entre nosotros como “Pum, estas muerto”. Esto es porque en su presentación en sociedad tuvo 2 o 3 intervenciones un poco desafortunadas y empezamos con la coña. El problema de los transportes lo solucionamos con un coche y dos motos. La verdad que el coche al final vino debuti, porque eran muchas horas de transporte todos los días y agotaba, menos mal que no llevábamos los macutos en las motos.
La ruta al norte fue la caña, es algo que hay que hacer. En moto a poder ser. Empezamos pasando por Tanah Lot, que es un templito en medio del mar.
No esta mal, pero lo realmente chulo es atravesar la isla pasando por los arrozales. Son preciosos. El día alternaba claros con lluvias. Creo que la lluvia le daba un toque especial. Era como estar en medio del Vietnam en Apocalypse Now.
Al llegar al norte hicimos noche. Encontrar hostel es algo que nos costo bastante varios días, llegábamos casi siempre tarde y son sitios bastante inhóspitos. Aparte siempre queríamos apurar el precio y las negociaciones se hacían largas. Por suerte a la hora de negociar los chicos podíamos relajarnos. Teníamos a las chicas y en especial a Laura que siempre conseguían que perdiéramos media hora regateando. Pero la verdad que eran muy efectivas, siempre conseguían incluir el desayuno por tan solo el doble o más de lo que nos costaría en cualquier lado.
Nuestra expedición continuo por la costa este por donde pasamos por varios templos. Entre ellos Pura Meduwa Karang que tenia su gracia. Por supuesto intentaron cobrarnos por entrar, por aparcar en la calle, por subir las escaleras, porque hacia sol…al final ya casi les ignorábamos. También fuimos al Palacio del Agua Tirtagangga. Chulísimo. La verdad que para este si merecía la pena pagar.
Entre medías de los dos paramos a comer en un pequeño restaurante rollo jamaicano junto al mar. Comer allí estuvo genial, no es nada turístico pero es el típico momento que recuerdo con cariño. Según pasan los días nos lo vamos pasando mejor y mejor. Nos vamos conociendo todos más y vamos teniendo las típicas bromas en común. Me mola el grupo, hay mazo feeling entre nosotros.
Nueve viajeros son muchos viajeros y muchos no se conocen entre ellos. Yo no conocía ni a Juli ni a Lucia por ejemplo, bueno estuvieron en el cumple de Paloma y mío, pero como nuestro cumple fue como Project X prácticamente no me acuerdo de muchos asistentes. Pero muchas gracias por venir a todos!
Otro templo que visitamos es Templo de los Monos de Ubud, visita obligatoria! Esta plagado de monos por todos lados con los que te puedes hacer fotos. Precaución! Muchos son así amigables pero tienen muy mala ostia.
Con Ubud terminamos la visita al norte de la isla, quedaba la península del sur. La península del sur es la zona del surf. Fuimos a Uluwatu donde surfee pero la verdad que no me divertí mucho. Estaba la marea baja y era una playa de arrecife. Hice buenas olas pero era difícil disfrutarlas cuando veías el arrecife a tan solo 30 ó 40 cm debajo de la tabla. Solo ibas pensando como coño ibas a bajarte de la tabla sin reventarte. En no caerme ni siquiera me lo planteaba, no podía caerme y punto! Cuando termine estaban todos esperándome en un garito a lo alto de los acantilados que se llamaba Single Fin. Todo el mundo que ha ido a Bali conoce Single Fin.
A la mañana siguiente fuimos a Padang Padang. Para mi el mejor mejor momento de todo el viaje por el sudeste asiático. Me encanta surfear y me encanta compartir con amigos lo que me gusta. En Padang Padang estaba muy pequeñito pero se veía una ola larguísima al fondo. Las chichas pillaron un paddle surf para las 4 he hicieron un poco el canelo.
Los chicos pillamos unos tablones y nos fuimos a surfear. Fue la caña, nos hinchamos todos a pillar olas. Olas de estas tan largas y estables que las pillábamos varios a la vez. Lo pasamos genial. Entre ola y ola hicimos una apuesta. Dijeron que el primero en hacer el “Naked Man” tenia birra gratis por la noche. Según lo dijeron vi venir una y sabia que era la mía. Empecé a nadar a muerte y de repente me empezó a llevar, la drope, me baje el bañata y cuando subí aparecí ya totalmente desnudo. Volví a bajar y al volver a subir estaba otra vez visible. Fue la risa! Desgraciadamente sigo esperando mi birra…
Como vuelvo a ser estudiante mi blog es gratuito, lo que implica que no puedo subir videos, pero el que quiera ver el video de ese día aquí esta el link.
Surfeando con los Colegas – Padang Padang
Me encanta el video, cada vez que lo veo y viajo a ese momento.
Con esto termino la parte del viaje que hacíamos todos juntos. Pepe, Victor, Laura y yo tenemos 5 días en un surf camp. El resto viajarán un par de días más por Bali y regresarán a Sydney.
En el surf camp la verdad que han sido unos gilipollas. El camp en sí muy chulo, pero el personal dejaba mucho que desear…Pero en lo que a olas se refiere…otro rollo! Algunos días íbamos a spots secretos. Para llegar a ellos tenias que ir con la moto y aparcar en medio de la nada. Coger tu tabla y bajar media hora por la colina de la montaña. La verdad que la vuelta se hacia durísima después de 2 horas luchando con las horas, pero era súper bonito y especial. Además, no se si es la tabla nueva, el haber parado dos semanas o la ilusión, pero desde Bali estoy surfeando a otro nivel!
Del surf camp podría estar días hablando, pero sería más de lo mismo, olas, olas y más olas! Sin lugar a dudas Bali es el paraíso del Surf y no paro de pensar en volver. Da igual las condiciones del día, como es una península pequeñita siempre hay olas cojonudas. En función de la dirección del viento vas a un sitio o a otro.
Dicho esto, Bali es la caña, pero recuerdo más la gente con la que estuve que sus olas. Espero que os haya gustado
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